Este año, celebramos 35 años del Convenio de Viena y de la protección de la capa de ozono a nivel mundial. La vida en la Tierra no sería posible sin la luz solar, pero si no fuera por la capa de ozono, la energía que emana del sol sería muy intensa para el desarrollo de la vida en el planeta. Esta capa estratosférica protege a la Tierra de la mayor parte de la radiación ultravioleta dañina del sol. La luz solar hace posible la vida, pero gracias a la capa de ozono la vida es tal y como la conocemos.
Por esta razón, los científicos encendieron las alarmas cuando –a fines de la década de 1970– descubrieron que la humanidad estaba creando un agujero en esta capa protectora. La perforación, provocada por sustancias que agotan la capa de ozono utilizadas en aerosoles y refrigerantes –entre ellos refrigeradores y sistemas de aire acondicionado– amenazaba con aumentar los casos de cáncer a la piel y cataratas, además de dañar plantas, cultivos y ecosistemas.
La respuesta mundial fue decisiva. En 1985, los gobiernos establecieron el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono. Conforme al Protocolo de Montreal, que acompaña a este Convenio, los gobiernos, los científicos y la industria trabajaron en conjunto para disminuir en 99% todas las sustancias que agotan el ozono. Gracias al Protocolo de Montreal, la capa de ozono se está recuperando y se espera que regrese a los niveles previos a 1980 a mediados de siglo. En apoyo a este Protocolo, la Enmienda de Kigali, que entró en vigencia en 2019, trabajará para disminuir los hidrofluorocarbonos (HFC), gases de efecto invernadero con gran poder de calentamiento del clima y perjudiciales para el medioambiente.
El Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, celebrado el 16 de septiembre, conmemora este logro y demuestra que las decisiones y medidas colectivas, guiadas por la ciencia, son la única forma de resolver las principales crisis planetarias. En este año en que la pandemia del coronavirus ha provocado tantos problemas sociales y económicos, cobra más relevancia que nunca el mensaje de los tratados relacionados con el ozono sobre trabajar en equipo, en armonía y por el bien común. El lema de este día, “Ozono para la vida”, nos recuerda que el ozono no solo es crucial para la vida en la Tierra, sino que debemos continuar protegiendo esta capa para las futuras generaciones.