Compromisos internacionales
Protocolo de Montreal
El Protocolo de Montreal es uno de los acuerdos multilaterales medioambientales de mayor éxito a nivel internacional, ya que a la fecha ha eliminado el uso de la mayoría de los gases dañinos para la Capa de Ozono.
El Protocolo de Montreal es el histórico acuerdo ambiental multilateral que regula la producción y el consumo de las sustancias químicas artificiales causantes del agotamiento de la capa de ozono estratosférico. La Capa de Ozono es el escudo que protege a los seres humanos y al medio ambiente de los niveles dañinos de la radiación ultravioleta del sol.
El Protocolo incluye disposiciones relacionadas con medidas de control, cálculo de los niveles de control, control del comercio con países que no son Partes, situación especial de los países en desarrollo, asistencia técnica, entre otros temas. Las sustancias controladas por el tratado se enumeran en los Anexos A (CFC, halones), B (otros CFC totalmente halogenados, tetracloruro de carbono, metilcloroformo), C (HCFC), E (metilbromuro) y F (HFC).
¿Por qué proteger la Capa de Ozono?
Son gases que utiliza un equipo cualquiera de refrigeración y aire acondicionado para reducir o mantener la temperatura de un ambiente por debajo de la temperatura del entorno.
Para ello, se debe extraer calor del espacio y transferirlo a otro cuerpo cuya temperatura sea inferior a la del espacio refrigerado. Todo esto lo hace el refrigerante, que comienza en un estado o condición inicial, pasa por una serie de procesos según una secuencia definitiva y vuelve a su condición inicial.
Estos gases, al ser liberados a la atmósfera, debilitan la Capa de Ozono. Aunque los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) fueron introducidos temporalmente como sustitutos de los clorofluorocarbonos (CFC) debido a su menor impacto en la Capa de Ozono, aun así son sustancias cloradas debilitadoras de la Capa de Ozono.
Otro grupo de sustancias, los hidrofluorocarbonos (HFC), se introdujeron como alternativas que no agotan la capa de ozono para apoyar la eliminación oportuna de los CFC y los HCFC. Los HFC están ahora muy extendidos en acondicionadores de aire, refrigeradores, aerosoles, espumas y otros productos. Si bien estos productos químicos no agotan la capa de ozono estratosférico, algunos de ellos tienen un alto potencial de calentamiento global.
¿Qué son los gases refrigerantes?
Son gases que utiliza un equipo cualquiera de refrigeración y aire acondicionado para reducir o mantener la temperatura de un ambiente por debajo de la temperatura del entorno.
Para ello, se debe extraer calor del espacio y transferirlo a otro cuerpo cuya temperatura sea inferior a la del espacio refrigerado. Todo esto lo hace el refrigerante, que comienza en un estado o condición inicial, pasa por una serie de procesos según una secuencia definitiva y vuelve a su condición inicial.
Estos gases, al ser liberados a la atmósfera, debilitan la Capa de Ozono. Aunque los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) fueron introducidos temporalmente como sustitutos de los clorofluorocarbonos (CFC) debido a su menor impacto en la Capa de Ozono, aun así son sustancias cloradas debilitadoras de la Capa de Ozono.
Otro grupo de sustancias, los hidrofluorocarbonos (HFC), se introdujeron como alternativas que no agotan la capa de ozono para apoyar la eliminación oportuna de los CFC y los HCFC. Los HFC están ahora muy extendidos en acondicionadores de aire, refrigeradores, aerosoles, espumas y otros productos. Si bien estos productos químicos no agotan la capa de ozono estratosférico, algunos de ellos tienen un alto potencial de calentamiento global.
Enmienda de Kigali
Reducción paulatina del uso, producción y consumo de HFC.
La enmienda de Kigali es una de las cinco enmiendas del Protocolo de Montreal, acuerdo internacional suscrito por 198 países, incluido Chile, el 16 de septiembre de 1987. Dicho Protocolo busca eliminar la producción y el consumo de Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO) y con la Enmienda de Kigali, reducirá además la producción y el consumo de los hidrofluorocarbonos (HFC), que son potentes gases de efecto invernadero. Entendiéndose por consumo, la suma de las importaciones y la producción, menos las exportaciones.
Las SAO y los HFC son usados principalmente como gases refrigerantes en equipos de refrigeración y aire acondicionado, también en la fabricación de espumas de poliuretano (utilizada para aislación térmica) y, en menor magnitud, como propelente de aerosoles y extintores de incendios. Se estima que la Enmienda de Kigali reducirá más del 80% de la producción y el consumo de HFC en los próximos 30 años y con ello, contribuirá a evitar el aumento de hasta 0,4°C de calentamiento global hacia el final de este siglo.
La Enmienda entró en vigencia el 1 de enero de 2019 y establece medidas para reducir la producción y el consumo de hidrofluorocarbonos (HFC), gases de efecto invernadero que contribuyen fuertemente al calentamiento global. Para esto, la Enmienda establece una línea base y calendarios diferenciados para la disminución de estas sustancias, para los países desarrollados y los países en desarrollo.
La Enmienda de Kigali y la Convención de Cambio Climático
La Enmienda de Kigali busca la eliminación de los HFC como Gases de Efecto Invernadero (GEI), situando al Protocolo de Montreal en línea con los compromisos de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés) y su Acuerdo de París (ratificado por Chile el 10 febrero 2017), bajo el cual los países se comprometen a reducir sus GEI, lo cual es impulsado junto con la reducción de los HFC acordada en Kigali.
Por estas razones, la eliminación de los HFC aporta en:
- La disminución directa de los GEI, mediante la reducción del consumo de los HFC y de las SAO, protegiendo así la Capa de Ozono y aportando a la estabilidad climática.
- La disminución indirecta de los GEI a través del mejoramiento de la eficiencia energética de equipos de refrigeración y aire acondicionado (RAC).
- La promoción de tecnologías más eficientes en términos de sustancias “limpias”, materiales reciclables y bajo uso de energía.
- La destrucción adecuada de equipos, sustancias y productos, mediante la promoción de tecnologías adecuadas ambientalmente, de uso nacional o regional.
El protocolo de Montreal ha sido enmendado en 5 oportunidades
- Enmienda de Londres: adoptada el 29 de junio de 1990, ratificada por Chile en abril 1992, que incluyó medidas de control para los CFC totalmente halogenados, el tetracloruro de carbono, y el metilcloroformo; e incorporó al Fondo Multilateral como mecanismo financiero del Protocolo.
- Enmienda de Copenhague: adoptada el 25 de noviembre de 1992, ratificada por Chile en enero de 1994, que incluyó medidas de control para los HCFC, HBFC y bromuro de metilo.
- Enmienda (Ajuste) de Montreal: adoptada el 17 de septiembre de 1997, ratificada por Chile en junio de 1998, que ajustó algunos los calendarios de producción y consumo.
- Enmienda de Beijing: adoptada el 3 de diciembre de 1999, ratificada por Chile en mayo del año 2000, que agregó medidas de control al bromoclometano.
- Enmienda de Kigali: adoptada el 15 de octubre de 2016 en la ciudad de Kigali, Ruanda, y ratificada por Chile en septiembre de 2017, que incorpora medidas de control a la producción y el consumo de HFC.
La Enmienda de Kigali en cifras
Se podria evitar
calentamiento global
La Enmienda de Kigali podría evitar hasta 0,4 °C de calentamiento global para fines de ese siglo.
menos de HFC
En más de un 80% se reducirá el uso, la producción y el consumo proyectado de hidrofluorocarbonos (HFC) durante los próximos 30 años.
Países han retificado la enmienda
70 países (al 29 de abril 2019) ya han ratificado la Enmienda y se espera que más se sigan uniendo.
Permitirá la mitigación climática más grande, rápida y segura disponible en el corto plazo.
En países desarrollados
reducciones en el 2036
El calendario de reducción de HFC prevé que los países desarrollados inicien su reducción en el año 2019 y lleguen a un 85% de reducción en el 2036.
En países en desarrollo
reducciones en el 2045
Por su parte, los países en desarrollo como Chile, iniciarán su transición en el 2024 para alcanzar una reducción del 80% al 2045.
Convenio de Viena
La Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono se adoptó en 1985 y entró en vigor en 1988. En el año 2009 la Convención de Viena se convirtió en la primera Convención de cualquier tipo en lograr el respaldo universal. Los objetivos de la Convención eran que las Partes adoptaran medidas legislativas o administrativas contra actividades que pudieran tener efectos adversos en la capa de ozono. Lo anterior se lograría a través de observaciones sistemáticas, investigación e intercambio de información.
La Convención de Viena no requería que los países tomaran medidas concretas para controlar las sustancias agotadoras de la capa de ozono. Como parte importante del régimen internacional del ozono, la Convención de Viena brinda un foro para el debate sobre la investigación científica y las observaciones de la capa de ozono.
Las partes de la Convención de Viena se reúnen una vez cada tres años con las partes del Protocolo de Montreal, para tomar decisiones sobre la administración de la Convención.