En el marco de la visita a Chile con el objetivo de verificar los procesos que se llevan a cabo respecto del consumo de hidroclofluorocarbonos (HCFC), el economista Agustín Sánchez Guevara, experto internacional del Protocolo de Montreal, nos entregó su visión del trabajo realizado y los desafíos que restan, también con miras a la implementación de la Enmienda de Kigali. “Este trabajo de verificación, es una obligación que tienen los países en ciertos periodos para que tanto el Secretariado de Ozono como el Comité Ejecutivo del Protocolo de Montreal tengan certeza de la información que el país ha entregado. Chile tiene esta obligación precisamente para poder acceder a nuevos fondos y, de esta forma, continuar con los programas de eliminación de los HCFC”.
Aunque la entrega del informe final fue posterior a esta entrevista, Sánchez adelantó algunas conclusiones de su visita. “Algo que me parece muy positivo, es que en Chile se llevan controles muy precisos, llevan un mecanismo de asignación de cuotas y licencias que, en principio parece complejo, y efectivamente es un tanto sofisticado, pero que ha ayudado mucho al cumplimiento del país, sobre todo, han logrado mantener un equilibrio en el mercado de forma tal que participan todos los actores, es decir, no hay una concentración de consumos y/o de algunas empresas, es un mercado abierto, competitivo, y dentro de esa misma competencia se ha logrado el cumplimiento de los compromisos, e incluso se ha llegado más allá del cumplimiento. Esto sucede precisamente porque el mercado es el que está regulando los consumos”.
Sánchez enfatiza que el sistema, pese a ser un tanto complejo, a fin de cuentas es entendible por los actores que en él actúan, como las empresas importadoras, aduanas, los consumidores, entre otros. “Resulta interesante ver que dichos actores hablan el mismo idioma. Esto no es algo común al resto de los países que he visitado”.
Respecto a los desafíos que como país enfrentamos en este escenario de reducción, el experto del Protocolo ve que hay un trabajo por delante en temas de diseño e implementación de políticas públicas para la eliminación final de los HCFC; sobre todo con miras a la nueva fase de implementación de la Enmienda de Kigali, con los controles de los Hidrofluorocarbonos (HFC).
Si bien, aun queda camino por recorrer con miras a la eliminación de los HCFC del mercado nacional, Sánchez señala que una vez finalizado este proceso, el país estará mucho mejor preparado para entrar de lleno al desafío de la reducción de los HFC. En este marco, el economista señala que tanto los importadores, como la industria y los usuarios ya lo están avizorando: “Un comentario generalizado que pude recabar es que este proceso ‘va a ser menos traumático’, según me señalaron. Esto es porque ellos ya lo han asimilado y saben que viene la siguiente fase, entonces en ese sentido están preparados. Sin embargo, esta siguiente fase también implica un nuevo desafío, ya que la forma de medir, la forma de evaluar, la forma de llevar la contabilidad en cuanto a sustancias y en cuanto a los impactos ambientales va a ser diferente. Ahora tenemos que ver con el clima y este es un panorama que para ellos será completamente nuevo”.