Hoy más que nunca, la disponibilidad de espacios libres de contaminación es un tema en todo el mundo. Después de varios meses en que la preocupación ha sido superar los contagios producidos por el coronavirus, los países han optado por reforzar las medidas de sanitización.
Durante el mes de mayo, el capítulo chileno de ASHRAE (The American Society of Heating, Refrigerating & Air-Conditioning Engineers), convocó a un webinar para abordar la relación que existe entre COVID-19 y el aire acondicionado y ventilación. El encargado de compartir la información y experiencias sobre este tema fue el ingeniero Armando Chamorro, Magíster en Seguridad y Salud Ocupacional de la Universidad de Nueva York y miembro del capítulo ASHRAE Argentina. En Estados Unidos, ha desarrollado su carrera en áreas de pasivos ambientales, evaluación, mitigación y control de patógenos incluyendo ántrax, bacterias y hongos toxinogénicos.
Armando chamorro, partió el webinar recordando algunos momentos de la historia en donde los seres humanos han estado expuestos a situaciones de contaminación de espacios interiores, como el episodio conocido con el nombre el “agujero negro de Calcuta” en 1756; primer incidente documentado donde estuvieron involucrados 146 soldados británicos encarcelados en una celda de 30m2, con la consecuente falta de oxígeno y acidosis (CO2).
Hoy, en plena pandemia por COVID-19, urge contar con espacios limpios e instalaciones de refrigeración, ventilación y climatización capaces de disminuir la proliferación de virus en los lugares usados cotidianamente por la población.
En palabras de Chamorro, para edificios existentes o aquellos que están cerca de finalizar su construcción, lo más crítico es maximizar la ventilación. “En aquellos edificios que cuenten con sistemas centrales de aire acondicionado y ventilación, se debe evaluar la factibilidad del ingreso de copiosas cantidades de aire exterior, esto sirve para diluir el patógeno que pueda encontrarse en el aire”. En el mismo sentido, se debe verificar que los equipos cumplan con el caudal necesario de aire exterior, “tal como lo prescribe el estándar de ASHRAE 62.1 y que además las tomas de aire, las rejillas y los actuadores se encuentren debidamente posicionados”, señala Chamorro.
Buenas Prácticas
En los edificios que no cuentan con sistemas centrales, una buena práctica es utilizar ventilación natural, abriendo ventanas o puertas que permitan el aireado. También se debe reforzar el aspecto del mantenimiento de los sistemas de aire verificando que estén operando acorde a lo especificado por el fabricante o instalador. Incorporar un mejor sistema de filtrado del aire puede ayudar a que los ocupantes no estén expuestos a niveles elevados de material particulado, aunque Chamorro indica que “solo los filtros absolutos o filtros certificados por la Environmental Protection Agency (EPA) pueden detener efectivamente al virus, es decir, retienen más de un 99.97% de las partículas de 0,3 micrones”.
Y es enfático en señalar que la presencia de un profesional acreditado en calidad de aire interior es vital para evaluar, controlar y mitigar los desafíos que presenta la condición del aire en espacios interiores, como los lugares de trabajo, domicilios, o centros de actividades eduacionales o públicas, entre otros.
Manejo de refrigerantes y protección de la Capa de Ozono
Las medidas de reducción de los daños en la Capa de Ozono, como producto de manejo de refrigerantes usados en sistemas de aire acondicionado y climatización han sido reconocidas como viables y de fácil aplicación. Para Chamorro no se justifica en la actualidad la liberación de refrigerantes a la atmósfera. “Aún las fugas en los sistemas, éstas pudieron ser evitadas con anticipación en un buen plan de operación y mantenimiento de equipos. El famoso venteo de refrigerantes al aire es una práctica que nos afecta negativamente a todos”.
El webinar fue realizado el 8 de mayo por ASHRAE, una organización fundada en 1894 en EEUU. Hoy cuenta con más de 50 mil miembros y tiene presencia en 132 países. Su capítulo chileno, se conformó en enero del año 2015, y tiene como objetivo promover y difundir buenas prácticas y estándares de sustentabilidad y eficiencia energética en el sector aire acondicionado, calefacción, refrigeración y ventilación; construcción y calidad del ambiente interior.