Conforme a las directrices del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal que busca verificar y evaluar el consumo de hidroclorofluorocarbonos (HCFC) en Chile, se encargó este estudió al consultor internacional Gustavo Torres, especialista en medio ambiente y comercio exterior, quien estuvo de visita en nuestro país, en donde mantuvo reuniones con contrapartes del sector público y privado, para conocer la realidad en torno al uso de estas sustancias que afectan la capa de ozono y contribuyen al calentamiento global, como son los HCFC.
Chile está comprometido con eliminar el consumo de los HCFC de acuerdo con las metas establecidas por el Protocolo de Montreal, en el cual nuestro país debe alcanzar la eliminación total de estas sustancias para el año 2030.
A continuación, una entrevista con Gustavo Torres, quien destaca los avances de Chile en este desafío. El experto entrega una visión general sobre el progreso del país en la materia, las medidas adoptadas y los desafíos pendientes.
¿Cómo evalúa el cumplimiento de Chile en el calendario de eliminación de HCFC?
En mi reciente visita a Chile, en agosto 2024, llevé a cabo una verificación del consumo de HCFC en los años 2021, 2022 y 2023. Puedo afirmar que los datos informados por el país son precisos y los procesos para alcanzar estas cifras son razonables y fiables. El marco normativo chileno está completamente alineado con los requerimientos del Protocolo de Montreal, lo que refleja el compromiso del país con la eliminación de estas sustancias.
¿Cuáles son las medidas específicas que está tomando Chile para cumplir con la prohibición total de los HCFC en 2030?
Chile ha implementado un sistema de cuotas de importación, que limita la cantidad de HCFC que puede ingresar al país. Esta medida asegura que el consumo no exceda los límites establecidos por el Protocolo de Montreal. Además, se han realizado capacitaciones a personal de aduana y agentes de aduana para garantizar que estas regulaciones se cumplan adecuadamente. Chile lleva años organizando talleres, tanto presenciales como virtuales, para fortalecer las capacidades de estas contrapartes clave.
¿Qué desafíos enfrenta Chile y la región para implementar la reducción de HCFC?
Uno de los principales desafíos podría ser la reconversión de sectores industriales que aún dependen de los HCFC. Si estas industrias no logran adaptarse, podría haber incentivos para el comercio ilícito de estas sustancias. Aunque no estoy sugiriendo que esto vaya a suceder en Chile, es un riesgo que debe considerarse en cualquier país que esté en proceso de eliminar estos compuestos.
¿Cómo se compara la situación de Chile con la de otros países en desarrollo?
Chile sigue el calendario internacional para países en desarrollo, lo que incluye la eliminación del consumo de HCFC para 2030. La experiencia en Chile refleja un compromiso sólido, similar al de otras naciones en la región, aunque cada país enfrenta desafíos únicos en su implementación.
¿Qué lecciones ha aprendido Chile en este proceso que podrían ser útiles para otros países?
La clave ha sido la coordinación efectiva entre las diferentes instituciones, como la Unidad Ozono del Ministerio del Medio Ambiente y el Servicio Nacional de Aduanas. Además, la capacitación constante y el uso de tecnologías para identificar y controlar las sustancias han sido fundamentales. Estas lecciones podrían ser aplicables en otros países que aún están en las etapas iniciales de este proceso.